A veces se cae bajo los pies de las palabras aprendidas…
Para convertirlas en amantes olvidadas o soñadas por el tiempo.
Otras salen en estampidas bajo la espuma de las olas, y se camuflan entre la arena.
O resurgen en los sueños de noches sin luna.
Aparecen en los colores del alba, o en un papel manchado de café.
En el sonido de un río, una piedra chocando con otra, del rebuzno de un burro al sol.
Aparecen a oscuras y en pleno día, en la terraza de un café, escuchando jazz o de un niño llamando a su madre.
De un perro que jadea junto a una fuente y nadie le abre el grifo.
De las nubes de una tarde de verano.
Aparecen.
Siempre aparecen.
En un libro sin tapas
En una noche estrellada
En la ultima cena
El ultimo cigarrillo
El ultimo adiós
El ultimo beso
El ultimo abrazo
Incluso en el primer beso
Aparecen.
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