Las cenizas de Troya costaron siglos y muchos esfuerzos encontrarla, aún sacrificando restos de otras ciudades, pero se encontraron.
Por: Juan Manuel Álvarez Romero.-
La mirada Oblicua.-
En una humanidad, donde estamos abstraídos por un cambio socioeconómico a gran escala y sumidos en un miedo inducido, controlado, a nivel global; donde se está viendo claro que vivimos manipulados en todos los aspecto humanos, nos estamos olvidando del lugar de donde procedemos, la tierra; de nuestra cultura, de nuestras raíces, mitos, leyendas, sabiduría, conocimiento… de la naturaleza que es de donde procedemos; en ella debemos mirarnos, para recordarnos que todo lo demás ha sido creado por y a partir del miedo.
Para cuando el telón —negro— cerrado se abra y, cambie la escenografía, habremos perdido nuestros derechos como seres humanos, como trabajadores, personas, como también nuestra cultura y nuestras raíces. Nuestro planeta, que ya estaba bastante herido, imaginen que nos vamos ha encontrar cuando finalice el cambio escénico. No, no voy a decirlo, porque yo tampoco lo sé, pero es previsible.
La economía mundial se está estableciendo en países donde los costes de producción están por los suelos, esto significa que aún no aprendimos la lección, que prima el dinero y que el valor humano no se tiene en cuenta, pero desgraciadamente esto no importa, también se está olvidando que vivimos en un lugar muy frágil, y que en ese lugar llamado tierra vivimos y tenemos que vivir todos…
En los costes de producción está incluido destruir, destruir la naturaleza tiene al parecer un precio muy bajo para los que manejan la nueva y vieja “porque no cambia” globalización económica mundial, pero está claro que si el valor humano no lo tiene ¿porqué lo va a tener la naturaleza?—“Las riquezas naturales serán la maldición de la gente”— “profecía”. Quizás sea cierto, pero debemos creer que es el pasado y pensar más en la ciencia, en el futuro. Se investiga constantemente en nuevas formas de energías, sin duda es, a mi parecer la opción más importante a resolver para un futuro para todos “la humanidad”.
Los recursos naturales se agotan, y encontrar y aceptar las nuevas alternativas energéticas dependerá nuestro futuro.
Nos debatimos en la búsqueda de mejorar en todos los aspectos sociales, pero todos confluyen en la forma y en el modo de hacerlo, —las energías, nuestra dependencia a ellas—. Que son las que mueven el mundo, al ser humano.
La naturaleza está ya al límite de poder seguir abasteciéndonos. La economía global se sirve de ella y por ellas, entre todos destruimos las futuras, como también nuestro abastecimiento de agua dulce y aire.
Llegamos al siglo XXI con más dudas que respuestas, pero con propuestas en nuevas formas de energías, “que no dan aún con la solución óptima”; “la energía solar, eólicas, mareomotriz, undimotriz, etc…” —como también, y erróneamente enfocada —la nuclear—, “el sistema se encargó de ensuciar bien esta ultima, para que se borre de la mente la posibilidad de usarla de una forma segura y pacifica”— “¿y si los coches funcionasen con agua?”. Nos dirigimos a una remodelación social importante en todos los aspectos, y encontrar una buena forma de energía es fundamental. Cambiarían las formas de producción, de vivir. El consumismo tal como lo conocemos ahora no existiría, las necesidades cambiarían por completo; es una visión de un futuro que en realidad no está muy lejano, o al menos no debería estarlo porque nuestro futuro como humanidad, depende de las nuevas formas de energías que no sean las que ahora nos mueven; el carbón, el gas, el petróleo… son casi antigüedades pero que todas ellas han generado y generan, riquezas, poder, mafias, pobrezas, hambre y, guerras. No olvidemos que ya existieron guerras por el agua…
En esta solución, las energías, estaría la respuesta a casi todos los conflictos generados por las actuales, ¿se inventarían otros?, me refiero a las fronteras entre seres humanos y, territoriales. ¿Si dejáramos paulatinamente las energías que nos mueven ahora, se repartirían mejor las riquezas y sería todo más equitativo para todos, dejarían de existir las guerras, los monopolios de poder, la pobreza, la explotación de países en nombre del petróleo, el carbón, el gas etc…? Nos queda mucho camino por recorrer para hacerlo bien, pero si nos empeñamos podemos.
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«Allí donde la vida levanta muros, la inteligencia abre una salida.» (M. Proust)
Todos sabemos cuales son las causas del declive social, «la pobreza, la discriminación, el fracaso de nuestro sistema educativo. No son nuestros genes los que las causan. Es nuestro sistema social…
Lyndon Johnson
Vemos en tres dimensiones del espacio; arriba y abajo, derecha e izquierda. Delante y detrás. Añadimos el tiempo, y tenemos la mezcla tetra dimensional a la que llamamos espacio tiempo. ¿Y me pregunto, en cual de las dimensiones estamos?
Comienza una escena del cambio escénico, hemos visto como se está cambiando las posiciones sociopolíticas desde el sistema, sin tapujos, sin miramientos sociales en nombre de un espectáculo llamado crisis.
Miro siempre desde un punto de vista global. Mirar dentro es ver solo parte de los hilos que maneja la maneta y crucetas de la marioneta de hilos —lo político— o tan solo a la marioneta de guante. Sin dejarnos ver más allá del espectáculo —los manipuladores—.
—Los espectáculos de sombras son aquellos que manipulan las marionetas a trasluz de unas linternas, sobre una pantalla de papel o tela traslucida, pero en estos puedo ver a los manipuladores que dan vida a estas—.
Como espectador me encuentro en una posición que me hace participe del mismo espectáculo, sin posibilidad de cambiar de asiento; la única opción es salirme de él o verlo hasta el final, aunque no me guste.
Mantener la mente del colectivo ocupada, de una forma discreta, o masivamente, en todos los aspectos posibles, es la mejor forma, mientras ellos —los manipuladores— desmontan el sistema sociocultural, —derechos y libertades—. Para cuando esta fiebre pase, la escenografía social habrá desaparecido por completo y nos veremos en una sociedad de tan solo dos dimensiones, a la derecha o a la izquierda, sin un lado medio, sin la infraestructura social construida desde hace ya mucho y a base de esfuerzos, sangre, sueños.
¿Las libertades dejaran de tener un sentido universal, y serán otras las palabras que defina al ser humano? ¿O ya las libertades dejaron de tener ese sentido universal por el que fueron creadas, sin llegar nunca a su plenitud, fue un sueño, se luchó tanto por ellas para al final no alcanzarlas nunca, donde están, donde quedaron? ¿Llegamos alguna vez a disfrutar de ellas? Que yo sepa, nunca se erradicó el hambre, las guerras no cesaron, la corrupción la violencia, siguen tras lo que llamamos libertad.
Sin un cambio de conceptos sociales reales, a nivel global, de economía, energías, respeto por la vida, la salud, la educación. Sin las fronteras separatistas de ideologías, de poder, no se podrá avanzar en lo que se llegó a llamar —derechos humanos, constitución, libertad—.
—Siempre debemos creer que si es posible—.
Juan Manuel Álvarez Romero ©